sábado, 23 de octubre de 2010

Y por los buenos tiempos...


Ese día Dios me entendió, luego de largas conversaciones bajo esa tenue luz que comenzaba a desvanecerse como una vela de recuerdos. Y ahí estaban, brillaban como nunca mis ojos los pudieron haber observado antes, eran seres hermosos, llenos de vitalidad y amor, algo casi imperceptible a la mirada de un ser humano común y corriente, definitivamente se necesitaba una experiencia trascendental para poder sentir aquello y poder darse cuenta de que aún seguían viviendo. Nunca quise perderlos, de echo, mi intención era recuperarlos, y obtuve más de lo que pedí. Fue en ese momento, en esa fracción tan ínfima para la vida, donde las cosas empezaron a cambiar y de una forma hermosa, algo así como una salvación, como una segunda oportunidad, como una prueba de fe. Aquí estoy, frente a frente, dispuesta a todo, para seguir en el desolado camino en el cual me ví desorientada, donde el tiempo se había estancado hasta cuando yo quisiese, sonrío al viento, los rayos de sol me iluminan aún con nubes a su alrededor y sólo puedo decir gracias, sólo GRACIAS y MÁS ....

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